Claves fueron también las obras, poda y el moderno sistema de telesupervisión.

Los intensos vientos registrados durante el último fin de semana largo, en diferentes zonas de Río Negro, pusieron nuevamente a prueba el sistema eléctrico.

El temporal golpeó con inusitada fuerza, las ráfagas superaron en casi todas las regiones los 85 kmh, y se prolongaron varios días. Todas las cuadrillas operativas de la distribuidora EdERSA trabajaron sin descanso, durante largas jornadas y en condiciones por momentos muy desfavorables, para defender el servicio.

En el Valle, la zona Atlántica, Línea Sur y la cordillera se produjeron decenas de contingencias, caídas de ramas y árboles sobre las líneas de media y baja tensión, rotura de postes, destrucción de instalaciones y hasta incendios.

Para sumar al complejo panorama, mientras el viento no ofrecía tregua y los operativos se desdoblaban para atender reclamos, urgencias y peligros, se produjeron robos de cables y hasta de transformadores en diferentes puntos del Valle.

El incesante trabajo operativo, las múltiples obras realizadas en los últimos años en todas las localidades, y el importante plan de poda preventiva que se realiza mes a mes, fueron determinantes para que el temporal de viento no ocasionase aún más trastornos a los miles de usuarios diseminados en toda la provincia.

“Además del gran trabajo de nuestra gente, también fue clave el modernizado sistema de telesupersivión de EdERSA, que nos permitió atender on line cada situación de servicio, direccionando rápidamente recursos de atención a la multiplicidad de interferencias fugaces sobre nuestras instalaciones, todas producidas por el temporal de viento”, explicó el gerente de Operaciones de la distribuidora, Leonardo Iriarte.