Edersa contraatacó a las críticas del EPRE con un reclamo para que se regularicen las conexiones clandestinas de las tomas. Según denunció, el 20% de la ciudad está colgado de la red de manera precaria y no paga el servicio.

El EPRE reconoció que las conexiones clandestinas son uno de los factores que influyen en las permanentes fallas del servicio, aunque consideró que la situación excede su ámbito de competencia.

Bajo la lupa por el altísimo promedio diario de cortes –7 en 2016 y 9 durante enero y febrero–, desde Edersa reclamaron soluciones por las conexiones truchas. Matías Bourdieu, presidente de la distribuidora, aseguró que la situación de las tomas en Cipolletti es el más grave de la provincia, y manifestó: “En esta ciudad existen más de 25 asentamientos ilegales, y nuestros estudios demuestran que tenemos alrededor de 5000 familias conectadas ilegalmente a las redes de distribución eléctrica”.

La cifra representa aproximadamente el 20% de la población y equivale, incluso, a los clientes legales de todo Fernández Oro. “Lógicamente, eso afecta la calidad del servicio, sobre todo de los usuarios que viven cerca de las tomas”, dijo Bourdieu.

El titular de la distribuidora explicó: “Estamos trabajando con el Municipio en busca de soluciones a esta difícil situación, porque perjudica a la empresa en sus finanzas ya que nosotros pagamos por esa energía que se nos roba pero, sobre todo, afecta la calidad del servicio de todos los cipoleños”.

Los vecinos de varias tomas han pedido que les coloquen medidores comunitarios para que se mejore la prestación en esos barrios, pagando el costo del consumo general hasta que se regularice la tenencia de los lotes y puedan contar con bajadas directas de la línea de media tensión, aunque esas solicitudes no prosperaron como solución general.

Un problema para todos

Cortes

Edersa asegura que hay 5000 familias conectadas ilegalmente y que eso provoca cortes de electricidad y cambios de tensión en barrios cercanos.

Quieren medidores

En casi todas las tomas quieren medidores comunitarios para que se mejoren las instalaciones, ya que utilizan elementos eléctricos para calefaccionarse y, al estar colgados, corren riesgo de sufrir cortocircuitos. (Fuente: La Mañana de Cipolletti)