Desde la distribuidora reclamaron a las autoridades políticas del Alto Valle medidas más efectivas. Sufrieron 25 delitos similares en diez meses.

El robo y destrucción de otros dos transformadores de potencia durante el fin de semana provocó la reacción de las autoridades de Edersa, que reclamaron hoy a las autoridades políticas del Alto Valle acciones más eficientes para terminar con este tipo de delitos.

El último episodio ocurrió en la zona rural de Allen, llegando a 25 los ataques a subestaciones transformadoras registrados durante los últimos diez meses en la región.  

“A esta altura, está claro dónde han elegido atacar los delincuentes, y las autoridades locales no logran detectar, controlar y terminar con estos delitos que afectan a miles de vecinos, y provocan fuertes peligros en la seguridad pública”, expresó el gerente general de Edersa, Raúl Barhen.

El malestar de los directivos y el personal de la distribuidora parece orientarse hacia los responsables políticos de organismos públicos de Allen, ya que en esa jurisdicción se produjeron 15 de los 25 delitos contabilizados desde fines del año pasado.

El robo de cables, sobre todo de baja tensión, es un problema de vieja data, que se exacerbó en los últimos dos años, cuando los ladrones comenzaron a atacar también líneas de media tensión. Y ante eso, Barhen se mostró preocupado por la nueva modalidad delictiva, algo que “históricamente jamás había ocurrido”.

De acuerdo con los datos de la compañía, el primer robo de un transformador se registró el 13 de agosto de 2021, cuando se llevaron uno de 16 KVA que abastecía suministros de la ex Isla 17 de Allen. De ahí hasta fines del año pasado, en esa localidad vandalizaron otras tres máquinas de potencia, todas en zona rural.

En enero de este año hubo cinco robos de transformadores, cuatro de ellos en Allen y el restante en sector de chacras de Sargento Vidal. El verano terminó con otros seis ataques a subestaciones de transformación de Allen.

“Desde ese momento, al finalizar el verano, nos dimos cuenta de que ya no era un problema coyuntural. Nos reunimos con autoridades de diferentes niveles, activamos acciones preventivas y en algunas jurisdicciones logramos mejorar, cambiando líneas de cobre por aluminio y concretando acciones disuasivas. Pero hay localidades como Allen, Chichinales o General Enrique Godoy donde los robos se repiten sistemáticamente”, remarcó Barhen.

El último hecho fue el sábado pasado, en horas de la madrugada, con dos nuevos ataques a transformadores en zona rural de Allen. Ambos eran de 40 KVA y abastecían a decenas de chacareros, que se quedaron sin luz durante horas.

Un día antes los delincuentes habían atacado una subestación transformadora de Chichinales, donde dejaron a oscuras la ruta Nacional 22. Allí volvieron a la carga hoy por la madrugada: “Se llevaron 200 metros de cable de media tensión, dejaron sin servicio a los vecinos de esa zona rural y sin agua a toda la localidad, dado que afectó el bombeo de agua”, informó el gerente general de Edersa.

Barhen culminó indicando que “las autoridades deben tomar cartas en el asunto” buscando “que los recorridos y las acciones de prevención sean más enérgicas, sobre todo en las localidades como Allen, Chichinales y Godoy, donde los delitos se repiten a diario”.